viernes, 27 de marzo de 2009

Little Miss Sunshine

Cuando presentaron las nominaciones al Oscar del año 2007, no sabía quien iba a ganar entre Little Miss Sunshine y The Departed (los infiltrados en español). Simplemente las dos películas eran muy diferentes, y ésta en particular era realmente brillante. Recuerdo que tuve una discusión con un amigo por el tema de esta película, ya que él dijo que era demasiado mala, aburrida y la comparó con “vacaciones” de Chevy Chase, y de allí tomé la frase de “todo el mundo tiene derecho a equivocarse sobre lo que le dé la gana”. Si yo quisiera decir que el equipo de Futbol de Brasil es mejor que el de Italia porque la camisa de los de Brasil es verde(como la esperanza) y además son latinoamericanos como yo, yo estaría muy equivocado (probablemente estaría en lo cierto, pero por motivos equivocados). Ese era el argumento de mi amigo para decir que la película era mala, simplemente porque a él le parecía que era mala. Luego de ese día aprendí que todo el mundo puede opinar de cine, pero no todo el mundo sabe opinar de cine (lo mismo pasa con los deportes, la política, y casi cualquier aspecto de la vida).

Little Miss Sunshine es una comedia con mil millones de matices. Una comedia que intenta mostrar que las esperanzas y las expectativas de las personas no siempre están en sincronía con sus habilidades, y que la mayoría de nosotros no conocemos nuestras debilidades. Sin embargo, la intención no es que la gente se rinda sin intentarlo, puesto que además de las habilidades es necesaria la voluntad.

Little Miss Sunshine trata de un concurso de belleza infantil. Abigail Breslin, en su actuación, hizo magia interpretando a una niña rechoncha, inocente, deseando ganar el concurso de belleza en cuestión. Para ello, la familia tiene que viajar con ella por todo Estados Unidos, en una camioneta con el arranque dañado, con un abuelo adicto a la heroína que se muere en el transcurso del viaje (y que luego hay que llevarlo muerto en la maletera de la camioneta) un hijo adolescente que se niega a hablar hasta obtener permiso para entrar a la aviación (y en el devenir de los eventos se entera que es daltónico, por lo cual no es apto para la aviación militar) un tío homosexual suicida experto en literatura inglesa, un padre que creó los pasos para el logro y realización personal pero no logra vender su idea (lo cual lo hace un fracasado) y la madre que intenta mantener a todos juntos.

La escena del final? la niña regordeta haciendo un baile que su abuelo le coreografió. Ella no sabía lo que su abuelo (su tierno abuelo) quería conseguir con esa coreografía, y simplemente la bailó siendo inocente a todo, pero su baile busca remover las emociones y los paradigmas de las mentes cerradas. Es una rutina muy cómica por lo irreverente. Cuando la ví por primera vez, yo estaba sin palabras, exageradamente sorprendido. Luego empecé a reir, empecé a reir sin parar, porque simplemente la irreverencia de la escena logró hacer su efecto en mi…

Esta película, tan diferente a los infiltrados, también se merecía el Oscar de mejor película.

Superfreak, superfreak!



1 comentario:

  1. jajajajajajajajajajaja!!! me siento como referido en este comentario! jajajajajaja!! me acuerdo mucho de cuando vi esta pelicula y hablamos de ello!
    Jose Renna

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