Es innegable que Star Wars es la saga de películas más conocida en el mundo. Star Wars es un producto que ha traspasado la barrera de la pantalla, que ha llegado más allá de las películas, y George Lucas, su creador ha sido uno de los mejores publicistas para su producto. Han salido un número incalculable de juguetes, espadas, disfraces, máscaras, cartas coleccionables, figuritas de acción, modelos a escala, revistas, juegos de computadora, juegos de consola, etiquetas, comiquitas, series de televisión, historias paralelas, historietas y miles de mercancías que han dado valor a la historia de Star Wars. Simplemente la “Guerra de las Galaxias” ha sido una de las películas más rentables de la historia, generando más de 5 mil millones de dólares en total (solo en entradas). No es de sorprender que George Lucas haya intentado sacarle mucho más dinero a una creación que ha cambiado al cine.
La historia de Star Wars en una historia política, envuelta en un ambiente de Ciencia Ficción. Los caballeros Jedi son los defensores de la paz, un grupo de sacerdotes con poderes mentales y alta concentración que desean mantener el orden del universo. Los Sith son la contraparte de los Jedi, los guerreros ambiciosos y que buscan intereses particulares. La república, por otro lado, intenta mantener la paz entre los estado-planetas integrantes, pero la federación de comercio ha estado atacando a planetas de la república para hacer acuerdos bilaterales inducidos por miedo. Y hay un hombre detrás de todo: un Sith. El Canciller Palpatine, primer ministro de la República de Planetas, está dirigiendo a la Federación de Comercio y ha originado una guerra donde él se paga y se da el vuelto. El canciller Palpatine es un Sith, un Jedi renegado, y sus planes afectarán a toda la república.
¿Y dónde queda Luke, Leia, Chewbacca, Han Solo y todos los demás personajes que crecieron con muchos de nosotros? Bueno, todo comienza con la aparición de Anakin Skywalker, que eventualmente se convertirá en Darth Vader. Anakin es el padre de Luke y Leia, y Chewbacca ya lo verán en el segmento que he agregado a este post. Han Solo es un cazarecompensas como hay muchos, es decir, no cuenta.
Anakin Skywalker, un maestro Jedi en Episodio III, ha sido corrompido por el lado oscuro de la Fuerza: ha sido tentado por los intereses egoístas, manipulado por el canciller Palpatine, amenazado por sus sueños y por el amor a Padmé, y ha decidido cruzar la calle, convertirse en un señor Sith. Mucho tengo que criticar de esta decisión, mucho tengo que criticar de la historia completa de Star Wars, y casi todo se basa en la decisión que tomó Anakin que, a mi juicio, fue muy a la ligera y sin impactos sicológicos. Nunca he aceptado ciegamente esta historia, siempre he pensado que la película es una historia escrita por un niño y maquillada en un ambiente de política para que parezca más adulta, siempre he pensado que la única complejidad que introdujo George Lucas a la trama fue haber empezado casi por el final (en episodio IV) en vez de por el principio pero, aún así, me fascinan los Jedi. ¿A quien no le fascinan los Jedi?. Usan espadas de luz que pueden cortar todo, pueden prever las direcciones de los proyectiles y detenerlos con las espadas, tienen poder sobre la materia, manejan las mentes de los demás, son inteligentes, están un segundo más adelante que el universo que los contiene, ¿A quien no le fascinan los Jedi?
Pero he divagado. Volviendo a Anakin, es un maestro Jedi. Sus necesidades personales (que están relacionadas con la amante escondida y prohibida Padmé) lo han llevado a olvidar el código de honor Jedi que aprendió desde niño (Episodio I) para convertirse en el enemigo que ha estado persiguiendo desde que puede recordar: los señores Sith. Antes de convertirse en Sith se veía bastante afectado por sus preocupaciones; luego de convertirse no parece muy afectado por la decisión de traicionar a toda la república y a todos los ancianos que lo formaron, a su esposa secreta, a su maestro Obi Wan, al infinitamente sabio Yoda y a todos los aprendices Jedi que los admiran. Aún así, Episodio III, de la Saga de Star Wars, tiene una de las escenas más sobrecogedoras que alguna vez he visto, y yo la llamo “la traición”. Palpatine ha logrado convertirse en Emperador y ha ordenado, tras la “sospecha” de que los Jedi desean hacer un golpe de estado, destruir a toda la academia de Jedi y a todos los Jedi de la galaxia. Y Anakin tiene un parte terriblemente importante en esta escena.
La traición fue terrible. Todos los Jedi, generales de los ejércitos de la República, peleando en la guerra que no saben ha sido forjada por el propio emperador, son asesinados por la espalda, sin esperar que los soldados que ellos guían se volteen a destruirlos. Lo peor de todo es que, como están un segundo adelantados a los acontecimientos, todos pueden sentir que han sido traicionados, pero no tienen tiempo para defenderse. Solo los más poderosos Jedi pueden prever la traición lo suficientemente temprano para intentar salvar sus vidas. Y solo los más poderosos entre estos, podrán salvarse de la traición. Ver uno a uno de los Jedi siendo asesinados fue terrible, ver a Yoda sentirse infinitamente acongojado por el vacío que sentía a través de la galaxia al morir sus compañeros fue muy triste, pero ver la participación de Anakin en esta trampa fue espantoso. Esta es, sin duda, una de las escenas más crueles y despiadadas que alguna vez he visto. Por lo menos tuvieron la decencia de dejar cosas para la imaginación y no ser explícitos.
Lamentablemente George Lucas no hace escenas visualmente sobrecogedoras, sino escenas limpias, carentes de emociones, y construye las emociones con la trama, lo cual me dificultó demasiado la selección de la escena de esta película.